Navegando por red me topé con la noticia de las medidas que toman países como Bélgica en materia de cuidado ambiental.
Por aquellos rumbos, el gobierno junto con empresarios y sindicatos se pusieron de acuerdo para cambiar los conocidos vales o bonos para empleados por los «cheques verdes. » Se tratan de vales, como los de restaurantes, pero que sirven exclusivamente para adquirir productos que reduzcan las emisiones de gases contaminantes, biodegradables, hechos con materiales reciclados, o bien, para pagar viajes en el transporte público.
En un primer intento, se repartirán 125 euros en vales al año, esperando que para el 2010 la cantidad se incremente a 250 euros. La iniciativa, no obligatoria, será aplicada a un millón de empleados, pertenecientes a la industria bancaria, hotelera, de servicios y de transporte.
Los belgas han demostrado que sus más recientes intentos para reducir la contaminación y las emisiones contaminantas sí han dado resultados, con lo que se espera el éxito de esta propuesta. Tan sólo en el 2008, la contaminación en una de sus principales zonas industriales, Flandes, se redujo un 10%, con el propósito de bajar otro 5% para cumplir con lo acordado en el Protocolo de Kyoto.
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